lunes, 12 de diciembre de 2016

Ensayo sobre Educación Financiera

INTRODUCCIÓN

TEMA: Importancia de la cultura del ahorro en la infancia.
TESIS: La cultura del ahorro se debe cultivar desde la infancia.
POSTURA: Acuerdo con la tesis.

DESARROLLO

A1: En la infancia se desarrolla el aspecto emocional e intelectual.
R1: A los 10 meses de edad, los niños ya experimentan alegría, sorpresa, irritación y miedo (Daniel Goleman 1984) (http://elpais.com/diario/1984/06/29/sociedad/457308008_850215.html)

A2: En la infancia se echan los cimientos de aprendizajes.
R2: Muy poco después de nacer, los bebés muestran signos de aflicción, disgusto e interés según los temas que le inculcan sus padres y familia. (Ana Muñoz, psicóloga infantil) (http://www.cepvi.com/index.php/psicologia-infantil/desarrollo/desarrollo-de-las-emociones-en-la-infancia)

A3: En la primera infancia se obtiene una perspectiva hacia el futuro
R3: La infancia es la etapa evolutiva más importante de los seres humanos, pues las experiencias que los niños viven en estos años son fundamentales para su desarrollo posterior. (Jesús Palacios y Elsa Castañeda)

C1: Algunos ricos confesaron que tuvieron que adquirir esta cultura
por necesidad y no fue necesario tenerla desde pequeños.
Ref1: Tenemos el caso del empresario Arturo Calle  que no tuvo
la cultura de ahorro desde pequeño y para lograr el privilegio que tiene ahora
le costó mucho adquirir en corto tiempo dicha cultura.
A4: Grandes emprendedores confiesan que cultivaron la cultura de
ahorro desde su infancia.
R4: Slim ahorró desde niño y a los 25 años ya era empresario
El magnate
recibió sus primeras enseñanzas empresariales de su padre, quien lo llevó a
abrir su primera cuenta bancaria a los 12 años.
CONCLUSIÓN:
Adquirir la costumbre de ahorrar tan solo en la familia traerá beneficios en un
futuro. Entonces, después de haber leído esto los padres se preguntarán ¿Cómo educo
a mis hijos en la cultura del ahorro?



AHORRA HOY, DISFRUTA MAÑANA

  Muchos dicen que el dinero no lo es todo y que lo más importante para que una familia o sociedad alcance el bienestar es la buena comunicación y el vínculo fortalecido; además de la buena práctica de valores, lo que se podría resumir en el amor, que “supuestamente” es la fuerza que mueve al mundo. Sin embargo, desde épocas muy antiguas hasta la actualidad la crisis más común de diferentes ciudades y países e incluso continentes es la baja economía; que muchas veces llega a la desestabilización de las familias, pero no todos saben la verdadera causa de esta alarmante situación. Esta es la evidente falta de cultura del ahorro en las familias. Y precisamente la etapa en la que se debe cultivar la cultura del ahorro es la infancia, etapa anterior a la niñez.
 En la infancia se desarrollan dos aspectos muy importantes de la vida del ser humano; el aspecto emocional e intelectual del niño. Como lo dijo Daniel Goleman, (1984) “A los 10 meses de edad, los niños ya experimentan alegría, sorpresa, irritación y miedo”. Afortunadamente en estas emociones pueden influir los padres, puesto que el desarrollo emocional del infante depende de la manera de la formación que la familia les brinde a los pequeños de casa. Por lo tanto, si se les inculca hábitos de ahorro en esta maravillosa etapa el niño tendrá esta costumbre y podrá practicarla sin tener mucha dificultad en su futuro como la tienen algunos jóvenes o adultos.

  Además, es en esta etapa donde se desarrollan los cimientos de aprendizaje y es justo allí donde los infantes empiezan a cultivar sus diferentes perspectivas hacia lo que les gusta o les disgusta. Pero, según la psicóloga infantil Ana Muñoz estas actitudes que adquieren los niños dependen fundamentalmente de los temas que les inculquen los padres y familia en el hogar. Es por ello que los padres tienen la responsabilidad de inculcar la cultura del ahorro a sus pequeños para que ellos asimilen esta como una costumbre que les agrade practicarla.

 Por ejemplo en una familia cuya cultura es celebrar la Navidad con una fiesta en la que se reúnan los familiares más cercanos y compartan las experiencias más resaltantes durante todo el año. Entonces, los niños miembros de dicha familia llevarán en su mentalidad esta costumbre y querrán hacer lo mismo y tendrán mucho interés al realizarla cuando sean mayores y tengan su propia familia.

  Adicionalmente, es en esta etapa que se obtienen las primeras perspectivas hacia el futuro de los infantes. La infancia según Jesús Palacios y Elsa Castañeda (2009) “es la etapa evolutiva más importante de los seres humanos, pues las experiencias que los niños viven en estos años son fundamentales para su desarrollo posterior”. Personalmente recuerdo que cuando aún era una infante, mi madre, una mujer que hasta ahora se preocupa por mi futuro; le sugería a mi hermana mayor quien ya cursaba el segundo año de educación inicial que me enseñara a escribir con letra clara. Desde allí me gustó escribir y cuando ingresé a la escuela a diferencia de los demás escribía con una letra muy entendible para mi edad y ahora la considero una fortaleza en mi desempeño académico.

Entonces, está claro que las acciones que realicemos en nuestra infancia marcarán nuestro futuro, es así como la cultura de ahorrar se desarrolla durante la vida de un individuo.

  Por otra parte existen  ricos muy exitosos que no tuvieron esta infaltable cultura desde su infancia, puesto que en su familia no se les inculcó. Sin embargo, para estos empresarios fue dificultoso lograr tener en ellos el hábito de ahorrar; lo que a su vez en el comienzo de su carrera empresarial los perjudicó. Tal es el caso del gran rico y empresario Arturo Calle, que para alcanzar el privilegio que tiene en la actualidad tuvo que recorrer un corto pero arduo camino; en el que aprendió y cultivó la costumbre de saber ahorrar, lo que lo benefició tanto en el ámbito laboral como en el ámbito familiar, puesto que ahorrar es una forma de postergación de la satisfacción. Esta postergación trae muchos beneficios en el futuro, como se comprueba en un estudio realizado por el psicólogo Walter Michel en un jardín infantil de la Universidad de Stanford, en el que los niños que pudieron postergar la satisfacción de un deseo, tuvieron  resultados superiores al terminar la escuela.

 Así también existen los destacados empresarios a nivel mundial, quienes en algunas entrevistas personales confesaron que un gran respaldo para para obtener el puesto que tienen ahora; fue el tener la cultura del ahorro desde que apenas eran unos niños. Recuerdo que cuando tenía 4 años; cursaba el inicial, mis padres me daban propina para comprar alimentos en el recreo, sin embargo; con lo que me habían enseñado siempre guardaba esas cuantas monedas. Las mismas que las utilizaba para comprar algo mejor los fines de semana, lo que hasta hoy hago y no me cuesta ahorrar mi dinero.

  Por ejemplo, está el caso de Carlos Slim Helú; un empresario e ingeniero civil mexicano considerado el segundo hombre más rico de todo el mundo con una fortuna aproximadamente de 77,000 millones de dólares y una mansión de casi  2.000 metros cuadrados con 25 habitaciones, 8 dormitorios y 10 baños; ubicada en la ciudad de Nueva York. Este es un señor que confesó que toda su fortuna se la debe a su padre y a sus enseñanzas. Pues Slim aprendió a ahorrar cuando apenas era un niño, y esto fue gracias a su padre Líbano Julián Slim Haddad, quien hizo que Carlos Slim con tan solo 12 años de edad abriera una cuenta bancaria en la que depositaba sus propinas que sus familiares le daban. Y así fue practicando este hábito durante el trayecto de su vida.

 Cabe recalcar que el tener la cultura del ahorro desde la etapa de la infancia, beneficia en el ámbito familiar, económico, social, personal y familiar. Lo que subvencionará en el futuro de la persona quien practique esto. Los padres al estar mucho más informados de los beneficios que sus hijos tendrán en un futuro, a causa de la práctica de la cultura del ahorro desde la infancia; sentirán ansias por saber cómo ellos pueden educar a sus pequeños en esta grandiosa cultura del ahorro. Puesto que la mayoría de padres no solo se preocupa por el bienestar actual de los miembros de su familia sino, también del futuro que ellos tendrán, y los beneficios que recibirán en este.


Por: Katherine Haydee Hoyos Espinoza 3° A